El presidente Luis Arce Catacora, que participa en la Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre el Agua 2023 en Nueva York, Estados Unidos, hizo este miércoles un llamado a todos los pueblos del mundo a trabajar en la construcción de un futuro cercano donde todas las personas tengan acceso a agua limpia y segura, asegurando la integridad de la Madre Tierra.
“Hacemos un llamado a todas las naciones, para que por encima de nuestras diferencias políticas e ideológicas, que es normal que existan, trabajemos en la construcción de un futuro cercano donde todas las personas tengan acceso a agua limpia y segura, asegurando la integridad de nuestra Madre Tierra”, pidió el mandatario boliviano.
Para restaurar el equilibrio de los ríos lagos, acuíferos y sistemas de vida vinculados al agua del planeta, en base a la sabiduría de los pueblos que el Estado Plurinacional de Bolivia y sus organizaciones sociales, propuso las siguientes acciones:
1. Reafirmar el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos, como fue establecido en la Resolución 064/292. Esta resolución debe ser respetada, y
fundamentalmente garantizada para todas las personas y sus sistemas de vida, precautelando también su derecho al desarrollo integral y sostenible, erradicando la pobreza en sus múltiples formas y proporcionando respuestas institucionales
adecuadas ante futuras pandemias y otras crisis.
2. Reconocer en la próxima Asamblea de la Tierra del año 2024, que el agua es el centro de la vida, estableciendo además a los ríos, lagos, glaciares, acuíferos, cuencas, sistemas de vida vinculados al agua y la Madre Tierra, como sujeto colectivo de
derechos, escuchando su vulnerabilidad y haciendo eco de la amenaza actual que sufre su existencia en todos los lugares del mundo.
3. Crear un mecanismo intergubernamental permanente del agua en Naciones Unidas que promueva el manejo, la gestión y la conservación del agua, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral en el marco del cumplimiento de los objetivos
internacionalmente acordados relativos al agua, fortaleciendo los compromisos políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales; priorizando siempre el interés colectivo por encima de otros.
4. Solicitar el nombramiento de un enviado especial de las Naciones Unidas para el agua al servicio de los Estados, que tenga como misión activar este mecanismo, debiendo al mismo tiempo informar sobre sus acciones de seguimiento al pleno de la Asamblea de manera permanente.
5. Reconocer a las autoridades de la gestión comunitaria del agua y el saneamiento básico de los Pueblos Indígena Originario Campesinos y de las comunidades locales, que desde su concepción protegen el agua como sustento de la vida, promoviendo incentivos de diverso tipo para su ampliación y fortalecimiento.
6. Establecer la condonación de deudas de los países en desarrollo cuyos recursos financieros hayan sido asignados a la provisión de acceso al agua, a la adaptación hídrica y la resiliencia climática, en función a perdidas y daños sufridos.
7. Exhortar a los países desarrollados a que proporcionen mayores recursos financieros, asistencia y transferencia de tecnología a los eufemísticamente denominados “países en desarrollo”, a través de los organismos internacionales y multilaterales para conservar el agua y amortiguar los impactos de la crisis hídrica.
8. Exhortar a que todos los países actualicen las legislaciones nacionales para garantizar la protección y conservación de las fuentes de agua, el acceso equitativo y justo al agua para todos los usos y por todos los seres vivos, promoviendo la participación de mujeres, jóvenes, pueblos indígena originario campesinos, pueblos afrodescendientes y grupos vulnerables.
9. Reconocer la importante interrelación que existe entre el agua y la soberanía alimentaria de nuestros pueblos, la generación de energía y el mantenimiento de los sistemas de vida como base fundamental, bajo un esquema integrador y de
restauración de la armonía con la Madre Tierra.
10. Visibilizar al agua como un elemento de paz e integración de los pueblos, mediante el cual los estados cooperan para garantizar la protección de las fuentes de agua y el uso razonable y equitativo de las cuencas y acuíferos transfronterizos.
Arce informó que la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia reconoce al agua como un “derecho fundamentalísimo para la vida”, en el marco de la soberanía de los pueblos y sobre la base de los principios del Vivir Bien en armonía con la Madre Tierra, que constituyen el aporte de “nuestros pueblos a la emancipación de la humanidad”.
El jefe de Estado recordó que, según los datos de organismos especializados, para el año 2050 el planeta tendrá una población mundial de aproximadamente 10.000 millones de habitantes, lo que implicará una mayor demanda de alimentos en un 50% de acuerdo a datos de la FAO.
Para ese mismo año la demanda de agua también se habrá duplicado considerando que más de un tercio de la población mundial vive en regiones con escasez de agua, y más de la mitad de la población mundial estará en riesgo debido al estrés hídrico. En consecuencia, millones de personas sufrirán la tragedia de ser desplazadas, con profundas pérdidas.
A pesar de los grandes esfuerzos que hacen los Estados, se estima que más de 800 millones de personas carecen de acceso a agua potable y más de 2.500 millones de personas no tienen acceso a saneamiento básico. En consecuencia, miles de niñas y niños mueren diariamente por enfermedades relacionadas con la falta de acceso a agua potable y saneamiento.
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