El presidente Luis Arce Catacora afirmó que la economía boliviana crece pese a un contexto internacional complicado, descartó que haya devaluación de la moneda nacional y garantizó mantener la inflación baja con la política de producción, industrialización y sustitución de importaciones.
“Pese a este contexto externo estamos bien económicamente, hay síntomas, la economía crece. Cuando una economía está mal, la economía ya no crece. Y Bolivia está creciendo, reconocido inclusive por organismos internacionales”, aseguró esta noche el mandatario en entrevista con Cadena A.
Señaló que diferentes organismos internacionales suelen proyectar una tasa de crecimiento económico “muy baja” para Bolivia; sin embargo, el país revierte ello en la práctica y crece más de lo que éstos estiman.
Asimismo, destacó la tasa de inflación del 3,1% que el país registró en 2022, la más baja de la región y una de las menores del mundo pese a los 36 días de paro y bloqueos en el departamento de Santa Cruz entre octubre y noviembre del año pasado.
“Aun así, con ese 3,1 por ciento (de inflación), somos la economía más estable. El sistema financiero está totalmente estable, los indicadores financieros de solvencia, de liquidez, que tiene el sistema financiero son buenos, no hay duda al respecto”, añadió.
En esa línea, el dignatario de Estado también destacó la estabilidad de la moneda nacional y afirmó que “no habrá devaluación”, porque el país tiene “resultados positivos en la balanza comercial”.
Consultado si se puede mantener la inflación baja, Arce Catacora respondió que sí es posible, pero no moviendo precios sino con mayor producción en el sector agropecuario e industrialización para sustituir importaciones.
Uno de los principales proyectos de industrialización que encara el Gobierno es la construcción de las plantas de biodiesel en Santa Cruz y La Paz para dejar de importar cerca del 60% de diésel. Se prevé inaugurar y poner en marcha la primera factoría este año.
“Esto tiene una enorme repercusión en la economía”, destacó el Presidente, quien anunció que la materia prima para elaborar biodiésel, como la palma africana, el macororo y la jantropa, están empezando a ser sembradas por campesinos e interculturales.
Además de esas dos plantas de biodiesel, habrá una tercera planta “mucho más grande y con tecnología moderna” para reciclar y acopiar grasas y aceites, para también la producción de este combustible ecológico.
“¿Qué se va a originar con eso?, empleo. Yo ya estoy imaginándome microempresas especialmente para empezar a recolectar ese aceite. Estamos con el Ministerio de Desarrollo Productivo (trabajando en) toda la logística para la recuperación de todos estos aceites utilizados y llevarlos a la planta y volverlo diésel”, explicó.
Con las plantas de producción de biodiésel en La Paz y Santa Cruz, el país ahorrará al menos unos $us 1.200 millones y ello le dará “más holgura” en dejar de depender de la importación de combustibles.
“Con producción agropecuaria propia, nuestra, queda claro que las arcas del Estado van a estar mucho más tranquilas y vamos a ir reduciendo paulatinamente esta subvención”, sostuvo la autoridad.
Agregó que a ello se suma la producción de alcohol anhidro por parte de la industria cañera, para combinar con gasolina y también sustituir importaciones “en los porcentajes técnicamente necesarios”.
Apuntes
Bolivia “retornó a la senda del crecimiento económico” con una tasa del 6,1% en 2021 y con 4,3% al tercer trimestre de 2022, tras “registrar en 2020 la caída más fuerte de la actividad económica no vista en más de 67 años”. // ABI