En cambio, el presidente Luis Arce ostenta la mejor imagen positiva
La encuesta Delphi a 136 “actores políticos, analistas, periodistas y especialistas” del país, efectuada en octubre, dio que 94% de los entrevistados ve como negativo (17%) o muy negativo (77%) al gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho.
Este es uno de los resultados del “Cuestionario Delphi: tercera ronda (octubre)” de la serie Contextos y escenarios prospectivos 2022 de la Friedrich Ebert Sitftung en Bolivia (FES Bolivia), llevada a cabo entre el 30 de septiembre y el 21 de octubre, vía online.
Es de hacer notar que el segundo líder político de importante percepción negativa es el expresidente Evo Morales, con 58% de impresión muy negativa y 15% negativa. Por el contrario, es el presidente Luis Arce quien está posicionado con mejor imagen: 48% de los entrevistados tiene una percepción positiva de él, y 10% muy positiva.
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Es de hacer notar el elevado porcentaje de percepción negativa más muy negativa que tienen Carlos Mesa (64%), Samuel Doria Medina (56%), Reyes Villa (46%), y el vicepresidente David Choquehuanca, con 47% de negatividad.
En cuanto a la aprobación de la gestión gubernamental de seis autoridades, otra vez Camacho tiene los más elevados índices de desaprobación: 82% lo “desaprueba mucho” y 8% lo “desaprueba algo”. (Ver gráfico 2) No queda lejos como autoridad desaprobada el alcalde de La Paz, Iván Arias, que para 51% de los encuestados “desaprueba mucho”, y 24% le da la nota de que “desaprueba algo”.
Arce
Y, nuevamente, el jefe de Estado Arce tiene el mejor promedio de aprobación de su gestión pública: 35% de los entrevistados le “aprueba algo”, y 20% que le “aprueba mucho”; aunque no es de menospreciar que un tercio de los entrevistados lo “desaprueba mucho” (23%) o “algo” (11%).
En la aprobación de los alcaldes de El Alto, Eva Copa; de Cochabamba, Manfred Reyes Villa; y, de Santa Cruz, Jhonny Fernández, es peculiar el elevado índice de indefinición o indiferencia sobre sus gestiones: casi un tercio ni los aprueban ni los desaprueban.
En cuanto al diferimiento del Censo, de 2022 a 2024, es llamativa la desconfianza o distanciamiento que tienen los entrevistados con respecto a los protagonistas, tanto de la postergación hasta 2024 como de aquellos que quieren el empadronamiento en 2023.
Siendo el censo una actividad sobre todo técnica, 44,7% de los entrevistados considera que la postergación hasta mayo o junio de 2024 sobre todo ha sido por “razones políticas”. Y, desde el lado de si los paros y cabildos cruceños, que exigen Censo en 2023, son medidas legítimas o afanes de desestabilización, 39,4% piensa que el reclamo es para desestabilizar.
En lo relativo a la fecha del Censo, la mayoría está dividida en dos: 38,6% dice que en junio de 2023, y 37,1%, en mayo o junio de 2024.
Fuente La Razón